ELMUNDO.ES
MADRID.- Karuna Dana, que en tibetano significa "compasión y generosidad", es una nueva ONG dedicada a la educación en el Tíbet, cuya presentación ha sido en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
El principal objetivo de esta organización es proteger su cultura y promover el desarrollo de los pueblos más atrasados. Para ello se creará un colegio-internado que imparta enseñanza en tibetano a más de 800 niños de la península de Kham, una zona rural y especialmente desfavorecida, según explicó Guese Ngawang, presidente de la organización. Karuna Dana tiene ya una escuela en esta zona del Tíbet, que da formación a más de 300 menores, y que al amparo del proyecto será ampliada, donde los niños reciban, gratuitamente, educación en su propia lengua, alimentación y alojamiento.
La población tibetana está muy diseminada debido a su situación geográfica, con una altitud media de 4.000 metros, la escasez de recursos y las duras condiciones meteorológicas. Además la organización asegura que las escuelas infantiles son insuficientes y los centros de secundaria y estudios superiores no están vinculados a las zonas donde viven los niños, por lo que éstos tienen que salir de su entorno cultural para seguir su formación académica.
Amparo Ruiz, de la junta directiva dijo que "El mayor riesgo de pérdida de costumbres se encuentra en las generaciones jóvenes", y añadió: "no hay expectativas de futuro, si no hay formación".
Según los datos de la organización, "sólo" el 0,25% de la población tibetana tiene estudios superiores; el 20% no han completado los estudios primarios; y el 40% de la población no está escolarizada.
Además del proyecto de ampliación del colegio del Kham, Karuna Dana se centra en la ampliación de la formación, incluyendo los estudios secundarios y la formación profesional.
Ruiz apuntó que en la zona existe un colegio chino, que, pese a depender de un gobierno comunista, dijo, no es gratuito sino que cobran matrículas e inscripciones por lo que no cubren todas las plazas porque la población es muy pobre.
Ayudas para la ONG
Los cooperantes, ya sean particulares, fundaciones o empresas podrán contribuir financiando las becas educativas de cada uno de los niños y también las obras de mejora y ampliación del centro educativo.
La asociación ofrece diferentes tipos de colaboración: una aportación de 50 euros al mes para becas individuales de estudios; una colaboración mensual de 15 euros, que se sumaría al total de las otras colaboraciones; y ayudas dirigidas a la construcción, que cada donante quiera aportar.
La presentación se desarrolló en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que alberga estos días parte de la muestra 'Reflejos del Tíbet'.
Esta exposición pasará, al menos, por ocho comunidades autónomas en los próximos dos años con la intención de "despertar una conducta solidaria entre los visitantes", como comentó su organizadora, Clara Sánchez.
Ramón J. Márquez 'Ramoncín', miembro del Consejo de Dirección de la SGAE, apoyó con su presencia este acto, haciendo un llamamiento a la solidaridad.
MADRID.- Karuna Dana, que en tibetano significa "compasión y generosidad", es una nueva ONG dedicada a la educación en el Tíbet, cuya presentación ha sido en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
El principal objetivo de esta organización es proteger su cultura y promover el desarrollo de los pueblos más atrasados. Para ello se creará un colegio-internado que imparta enseñanza en tibetano a más de 800 niños de la península de Kham, una zona rural y especialmente desfavorecida, según explicó Guese Ngawang, presidente de la organización. Karuna Dana tiene ya una escuela en esta zona del Tíbet, que da formación a más de 300 menores, y que al amparo del proyecto será ampliada, donde los niños reciban, gratuitamente, educación en su propia lengua, alimentación y alojamiento.
La población tibetana está muy diseminada debido a su situación geográfica, con una altitud media de 4.000 metros, la escasez de recursos y las duras condiciones meteorológicas. Además la organización asegura que las escuelas infantiles son insuficientes y los centros de secundaria y estudios superiores no están vinculados a las zonas donde viven los niños, por lo que éstos tienen que salir de su entorno cultural para seguir su formación académica.
Amparo Ruiz, de la junta directiva dijo que "El mayor riesgo de pérdida de costumbres se encuentra en las generaciones jóvenes", y añadió: "no hay expectativas de futuro, si no hay formación".
Según los datos de la organización, "sólo" el 0,25% de la población tibetana tiene estudios superiores; el 20% no han completado los estudios primarios; y el 40% de la población no está escolarizada.
Además del proyecto de ampliación del colegio del Kham, Karuna Dana se centra en la ampliación de la formación, incluyendo los estudios secundarios y la formación profesional.
Ruiz apuntó que en la zona existe un colegio chino, que, pese a depender de un gobierno comunista, dijo, no es gratuito sino que cobran matrículas e inscripciones por lo que no cubren todas las plazas porque la población es muy pobre.
Ayudas para la ONG
Los cooperantes, ya sean particulares, fundaciones o empresas podrán contribuir financiando las becas educativas de cada uno de los niños y también las obras de mejora y ampliación del centro educativo.
La asociación ofrece diferentes tipos de colaboración: una aportación de 50 euros al mes para becas individuales de estudios; una colaboración mensual de 15 euros, que se sumaría al total de las otras colaboraciones; y ayudas dirigidas a la construcción, que cada donante quiera aportar.
La presentación se desarrolló en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que alberga estos días parte de la muestra 'Reflejos del Tíbet'.
Esta exposición pasará, al menos, por ocho comunidades autónomas en los próximos dos años con la intención de "despertar una conducta solidaria entre los visitantes", como comentó su organizadora, Clara Sánchez.
Ramón J. Márquez 'Ramoncín', miembro del Consejo de Dirección de la SGAE, apoyó con su presencia este acto, haciendo un llamamiento a la solidaridad.
